Además de un violinista de talento, es un músico inteligente y con un gran potencial.

El sonido de Pablo Martos se sitúa justo en el momento donde un sol primaveral empieza a fundir las nieves de las altas cumbres. Pablo es poseedor de un timbre cálido y cercano, no exento de la elegancia que le confiere cierta austeridad monacal, la de nuestros inviernos interiores.

Su técnica y sensibilidad son insuperables. Y tal vez lo más importante para mi como compositor, al trabajar con él, ha sido sensible hacia mis intenciones musicales sin que apenas le explicara nada.

Este Playing Goldberg del Garnati Ensemble (con Pablo Martos) es una de esas maravillas propicias para escuchar en mitad de esas tardes en las que crees que el mundo se te cae encima. La interpretación para trío de cuerda de esta obra maestra de Bach para teclado, las Variaciones Goldberg, suspende el tiempo y también restablece el ánimo.

… arrastrados sin remedio al vértigo de unas versiones musicales expresivamente inagotables, que abren al límite la sensibilidad de quien las despliega y de quien las recibe!